Por ahí se dice que cuando es alta la expectativa el riesgo de decepcionarse es mayor, hace ya 20 años recuerdo que mi padre me platicaba de una película donde salía un hombre que luchaba con monstruos, cabalgaba un caballo alado llamado Pegaso, y salvaba a una princesa de las garras del Kraken, el último de los Titanes, sin duda el verla en TV para mí fue y ha sido un grato recuerdo del cine de fantasía. Así que con boleto en mano esperaba ver un gran remake, una historia que recordada pero con la maravilla de los efectos especiales de nuestra época… pero no, a los realizadores de la nueva saga se les ocurrió hacer una historia creo yo muy diferente. Perseo, un hijo de Zeus y una humana, decide vengar la muerte de sus padres adoptivos a manos de Hades el dios del inframundo, quien además a sentenciado a morir a todo habitante de la ciudad de Argos, por la rebelión de los hombres hacia los dioses, si no entregan a la princesa Andrómeda en sacrificio al Kraken, un titán utilizado para atemorizar a los terrestres, por ello acepta comenzar una aventura con un grupo de valientes guerreros para revelar el secreto de cómo matar al Kraken y así enfrentarse a Hades, luchando en su camino con escorpiones gigantes, arpías y la temible Medusa. La película original es una gran adaptación de la mitología griega, la cual narra la odisea de Perseo la cual es impulsada por el amor a Andrómeda. En esta versión, por el contrario, lo que motiva a Perseo es un espíritu vengativo, toda la película reniega de su condición de semi-dios y está enamorado de otro personaje quien es como una guía en su travesía. La verdad es que la película cumple con el objetivo: divertir. Pero reitero la frase que se grabo en mi memoria cuando salí del cine: “Esperaba ver un gran remake, pero solo vi una buena película”. Ahora hay que estar a la espera de Iron Man 2 que esperemos no sea una decepción como suelen ser las segundas partes. Gracias a la estación Planeta 104.5 por la invitación a la función “Furia de Titanes”. El cine es un placer, así que disfrútenlo...
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