El fin de las películas, creo yo, siempre es de entretener, mas aun así hay algunas que están hechas para darnos un mensaje claro, y sin duda esta es una de ellas, ¿hasta donde debe aguantar una mujer maltratada? ¿Debe soportarlo todo? Pilar (Laia Marull) y Antonio (Luis Tosar), son una pareja que llevan un matrimonio intenso, así como se aman intensamente, la violencia intensa se refleja en su relación. La película comienza con la huida de Pilar junto a su pequeño hijo, salen corriendo de casa con lo poco que puede tomar en sus manos, tratando de escapar Antonio, llega a la casa de su hermana Aurora (Rosa María Sardá) quien con el tiempo le anima a retomar su vida y Pilar comienza a trabajar en un museo, lo cual se da cuenta que le llena, el arte le da vida a su vida. Por su parte Antonio tiene el deseo de cambiar y acude a terapia de maridos golpeadores, y cree que está cambiando. Un día regresa con actitud de cordero buscando a Pilar y le convence de que ha cambiado y que quiere regresar. Pilar, quien esta perdidamente enamorada de él le cree perdidamente, pero con el tiempo se da cuenta que nada ha cambiado. La actuación de Laia Marul es excelente, ella nos muestra el temor que siente una mujer al ser humillada física y verbalmente, sus expresiones corporales al sentirse en peligro, son impactantes, pero aun así nos muestran como sigue amando a ese “hombre” que la maltrata, algo que para muchos es imposible. Por su parte Luis Tosar tiene esa personalidad agresiva, explosiva, pero falto de autoestima y temeroso a la soledad, hay una escena tan impactante donde humilla a Pilar que te deja sin aliento. La película es una buena respuesta para aquellas mujeres que creen que su marido o novio va a cambiar con el tiempo, y viven en esas relaciones tormentosas de golpes y supuesto cariño. Afortunadamente tiene un buen final, y a pesar de ser una película difícil de digerir es una buena zarandeada social. El cine es un placer, así que disfrútenlo…
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